Mi nombre “oficial” es Arturo Héctor
y el artistico es Héctor Carnero , en Paiva
fui el “mingo” y ya en cordoba el “negro”
Carnero.
¿En que año
dejaste Laguna Paiva? ¿Cuáles fueron
los motivos?
Poco a poco me fui alejando, nunca he dejado mi pueblo.
En 1962 hice la “colimba” en Sto. Tomé
y al volver, el Dr. Arístides Romero nos lleva
a Cordoba para encargarnos la carpintería de
su nueva residencia en el Bº Gral. Paz , allí
nos recibió su familia con los brazos abiertos
y nos propuso asentar allí nuestro nuevo taller,
por encontrarse ésta ciudad en pleno desarrollo.
No lo pensamos mucho.
¿Cuál
es tu actividad actual? ¿Cuánto tiempo
hace que estas radicado allí? ¿Cómo
se compone tu familia actualmente?
Allí conocí a María de los Ángeles,
una chica de Cosquín, que se desempeñaba
como Ayudante de Cátedra en la Facultad de
C. Sociales. Formamos la Familia Carnero Menendez
y nuestros hijos Ignacio, Santiago (fallecido aquí
en un accidente de vuelo) y Matías, fueron
nuestros mas queridos compañeros de viaje.
Todos nacidos en Córdoba. Matías, el
mayor, casado con una andaluza muy “guapa”
nos ha premiado con un hermoso nieto que ya va por
el año y medio. Dejamos Córdoba
en 1980, plena dictadura militar,
cansados de tanto caos y desvalorización monetaria,
aunque nunca pensamos en la radicación definitiva,
ya que nuestro viaje a España fue solo por
resolver un caso de tierras que mi esposa heredara
de su padre en Asturias. Un desafortunado suceso nos
obligó a quedarnos: nos robaron todo
el dinero, los pasajes de vuelta y los pasaportes.
El Consulado de nuestro país en Cádiz
se lavó las manos y nos dejo sin amparo. Tuvimos
que tramitar allí una copia de los documentos,
pero cuando nos lo entregaron ya había pasado
un año, ya teníamos escolarizados los
niños y obligaciones laborales-habíamos
aquí tan poquitos argentinos que fue
fácil integrarnos- y desde entonces
no paramos; hoy mi esposa es Jefa de Servicios
Sociales Municipales y yo como Experto Docente en
las Escuelas-Taller del Ministerio de Trabajo y Fondo
Social Europeo.
¿Qué recordás
de aquellos años vividos en nuestra ciudad?
¿Dónde estaba tu casa? ¿Qué
recordás del barrio? ¿Cómo era?
¿Tenés alguna anécdota de ese
tiempo?
La cantidad de recuerdos que traje de Paiva es infinita,
ya ni se cuales han sido mis mejores vivencias. Mi
primera novia, mi juventud en la Biblioteca
Alberdi, la Peña Folclórica
Amancay, el Teatro Florencio Sanchez,
las guitarreadas en la casa de Venturini,
en el bar de Orelo, los paseos por
la plaza , la estación, las bicicleteadas a
la laguna…En aquellos tiempos no había
ninguna calle asfaltada y todo era un desafío,
me acuerdo en mi niñez cuando saltábamos
entre los vagones en marcha, cuando cazábamos
mariposas frente a mi casa en la calle 1º de
Mayo y mi paso por la Escuela Nº 31,
donde siempre destacaba en dibujo, redacción
y actividades artísticas.
¿Cuál
fue/fueron la/s institución/es escolar que
te dio los primeros saberes?
¿Recordás alguno de tus compañeros
de colegio? ¿Tus docentes?
Allí conocí mis primeros amiguitos del
primario: Roberto Ortiz, Jorge Fuentes, Carlos
Albanese, Carlos Dirnplast, “Chita” Ibáñez,
Alberto Chiozi, Cacho Langui, la “Colorada”
Ruiz, Norma Sosa, Noemí Sanchez, Lola Jiménez,
Rafaela Femia (mi primer “flechazo”)
y tantos otros-pero sin olvidar.
Tampoco olvido a las Docentes Sra. De Arteaga
y especialmente a Ana María del Valle
Tulián, que dejó un imborrable
recuerdo en mi alma, por su gran afecto a los niños.
Después vino “la nocturna”;
allí conocí al inolvidable Jose
M. Venturini, al Profesor Gastaldi, al de
Matematicas: J.C. Chiapero, al “Director
Dn Felizar, la Sta Billi…Yo
ya andaba por los 15.
Hace unos meses, visitaste
Laguna Paiva, ¿Cómo ves la ciudad después
de tantos años? ¿Qué sentimiento
te trajo el hecho de ser reconocido aquí, por
tus obras?
Me
dio por aprender música (mi gran frustración),
mi primer profesor fue el Maestro Jorge Cándido
y después; Gloria Conde, que
casi me saca bueno, si no fuera porque el folclore,
que en esa época comenzó su
largo furor, me llevó por otros caminos.
Eran otros tiempos; Paiva “hervía”,
el “Local” iba y venía y el pueblo
avanzaba sin contemplaciones, parecía
que jamás se detendría, pero sí:
se detuvo. Hoy, recorriendo sus calles desiertas,
voy buscando el niño de la mirada vaga,
al hoyo de la pelota de trapo, a las mariposas cruzando
mi calle, la honda, la pared para las figuritas
“STAROSTA”, a Arturo
el caramelero o a Martin Salvatierra,
con su canasta de golosinas. Los ecos de
la EXELSIOR y la NORMANDIE ya se
han perdido y solo me tengo a mi mismo, vana cosa,
cuando se buscan las raíces . Ahora; y otra
vez aquí, la misma pregunta de siempre:
¿son reales los vientos que me empujaron..?
. Lo que sí sé, es que me he equivocado
muchas veces, y jodí muchos afectos, sobretodo;
el mio propio, pero siempre está ahí:
la soga salvadora. Hoy es
la escultura, porque me ha reconciliado conmigo,
me ha mostrado caminos. Uno de ellos me ha conducido
a mi pueblo y soliviantado emociones: necesarias y
creadoras emociones. Necesarias y felices lágrimas.
¿Mantenés
contacto con algunos paivenses?
Cada vez que viajo a Argentina mis hermanos se ocupan
de mantenerme en contacto con mis paisanos, eso ocurre
cada tres o cuatro años, ahora; tengo la esperanza
de hacerlo mas seguido. En Córdoba, la actividad
de los paivenses es muy importante y eso atenúa
la nostalgia. No saben cuanto se extraña. Y,
hoy por hoy, con quien mas tengo contacto es con mi
gran amigo Paul, a quien conocí gracias
a mi hermano José. Y hablando de amigos; sería
muy injusto olvidar a los que se han quedado allí,
empujando el barco, ese pesado barco que se llama
Laguna Paiva. Si no fuera por ellos, nuestro pueblo
quizá sería hoy un “pueblo fantasma”,
por eso; a todos ellos, a cada uno de sus habitantes,
sin olvidar a NINGUNO: el mejor de los abrazos y el
más sincero de mis agradecimientos. Tampoco
olvido a aquellos que hoy residen afuera
y, de forma callada y anónima, nos representan
con dignidad y honestidad, llenándonos de orgullo
y satisfacción.
Anónimos o famosos: GRACIAS POR EL
ESFUERZO CONSTANTE Y FECUNDO. Nos honran a TODOS.
Desde Nueva Andalucía (Marbella) a los
12 días de diciembre de 2oo6