-¿Roberto, que sentís al formar parte
de la historia de Laguna Paiva, sabiendo además
que fuiste ferroviario?
A nadie le gusta saber que ya pertenece a un pasado.
Pero no sabe el hombre cuánto más rico
puede ser su pasado, si ha podido fraguarlo con el
calor su esfuerzo.
Alguna vez leí, que no son las anécdotas
para los nietos las que quedan. Son los actos. Nadie
es importante por lo que dice, sino por lo que hace.
Y que aquellos valerosos ferroviarios, ciertamente
“HICIERON” con un gran y descomunal esfuerzo,
diría sobre humano, una verdadera hazaña.
Proclamarla, primera provincial y luego nacional por
doce años ininterrumpidos. Trabajaron con toda
el alma, y a corazón abierto. Hacedores de
un acontecimiento, que no se volvió a repetir
hasta la actualidad. LA FIESTA NACIONAL DEL
FERROVIARIO.
Suelo volver a emocionarme, cuando veo fotos y videos
de entonces, sonreír como ellos en fotos que
hablan claramente de la felicidad que tenían,
cada vez que llegaba la fiesta grande del pueblo ferroviario.
La satisfacción enorme de alcanzar logros insospechados,
de posicionar a Laguna Paiva en el concierto
de las grandes fiestas, como una de las mejores a
nivel país; y en todos los aspectos: organizativos,
escenográficos, lumino-técnicos, artísticos,
etc.; etc.
- ¿Como llegás
a la Primera Fiesta Provincial del Ferroviario?
Fue precisamente en 1980, cuando
me convocan a que sea el maestro de ceremonias, no
solo por ser ferroviario, (trabajaba en la farmacia
de Socorros Mutuos, como auxiliar de Farmacia),
si no también, que por ese entonces, tenía
mis primeros programas de radio en los medios de comunicación
de Santa Fe difundiendo periodísticamente
todo el acontecer ferroviario paivense; y
a demás, porque esa movida ferroviaria tenía
como condición inapelable darle participación,
a los hijos de esa ciudad.
-
¿Cuándo se convierte en Nacional?
Precisamente al año siguiente, con características
que se iban a mantener con el correr de las 12
ediciones, aunque permanentemente se iban
renovando y actualizando cada año, en todas
sus facetas, fundamentalmente escenográficas;
Realizaban un trabajo artesanal, digno de
todo elogio, ya que la sección de
talleres eléctricos del ferrocarril, estaba
avocada íntegramente a la puesta en escena.
Cada año nos sorprendían con cosas
verdaderamente impactantes; desde una locomotora vapor,
a una locomotora diesel que se metía entre
el público trayendo a la reina, con
efectos lumínicos de obreros de vía
y obras trabajando en una zorra, un sol que se encendía,
en fin...
-¿Qué
es lo que más recordás de aquellos días?
La apertura de la fiesta. Siempre
me marcó a fuego. No solo por la adrenalina
que corría por todos nosotros en el momento
en el que se apagaban las luces, y sonaba
la sirena estridente y las campanas echadas
a vuelo, sino porque el momento de la verdad había
llegado y había que salir a escena, con la
arenga que me identificó y que aún sigo
haciendo en distintos escenarios del país.
Tal vez sea por eso, que amé esta fiesta más
que a ninguna; porque fue señera, no solo para
mi vida profesional (como locutor, animador, presentador
y periodista) sino que marcó a otras fiestas
un camino a seguir.
![](roberto_rivero/escenario_cuartaedicion.jpg)
-¿Qué
otra particularidad tenía este evento?
El ferroviario
de bronce. La entrega de la máxima
distinción, creado, precisamente por
escultores y forjadores de la ciudad; cuyo
objetivo era distinguir, no solo a ferroviarios y
ciudadanos; sino a personas o instituciones que se
destacaban por su trabajo en beneficio a la comunidad.
Tales como: El Dr. Laureano Maradona, la Fundación
Favaloro, el Doctor Sokolinscky, etc. etc.
En 1984, el mismísimo Gobernador Vernet,
estuvo en el momento de la entrega del máximo
galardón y recuerdo que con inocultable alegría
destacó el nivel de la fiesta y la infraestructura
montada en la plaza
Reynaldo Cullen.
-¿Crees
que puede volver esa fiesta? Y en tal caso, Laguna
Paiva respondería de la misma forma?
La vida es una sucesión de ciclos que inexorablemente
se cumplen, pero hay casos excepcionales que se reciclan
y por ejemplo si volvieran a reactivarse ramales ferroviarios,
si se cumpliera con lo que prometió el gobierno
de los Kirchner, ¿por que no?... Habrá
que concientizar a toda una comunidad nuevamente de
tener una fuente de trabajo exclusivamente ferroviaria
como lo fue casi en sus albores, sentir ese orgullo
de pertenencia, llevarlo en la sangre. Fíjense,
por estos días un trencito de juguete (digamos)
recorre las calles de la ciudad y el piberío
lo toma como un hecho de aventura, cuando en realidad
varias generaciones de entonces, recordamos
con cierto dolor, que trenes de verdad surcaron nuestras
vías; y que jamás tendrían que
haberse ido.
-
¿De los muchos artistas que pisaron el escenario,
cual te gustó presentar más? ¿Por
qué?
Todos fueron de gran nivel. Pero, por mi condición
de tanguero; Osvaldo Pugliese, Néstor
Fabián, Alberto Podestá, Estela Raval,
María Marta Serra Lima.
-¿Qué
nombres recordás de esta gesta ferroviaria?
Me animo a decirles que recuerdo a casi todos. Pero…los
nombres de Antonio Scobino, y Celso
Montibelli, fueron decididamente claves.
En la faceta comercial, el querido “gordo”
Dante Andrés Colombo, una
persona excepcional, que le dio a Paiva todo.
![](roberto_rivero/comision.jpg)
A juzgar por las fotos que les dejo, Elva
Villani, Hilari, Ponce, Luque, López, Marcus,
Graciano, Gallego, Celesole, Giorgi, Jaspe, Scobino,
Rojas, Barrera, Tenales, Marcolongo, Corvalan, Schulus,
Bringas, Chamorro, Gómez, Serra; y tantos otros…
-¿Qué
no te preguntamos y te hubiese gustado responder?
La evocación de lo que le permitió
a Paiva mostrarse al mundo como un ejemplo de unión,
solidaridad y de lucha por una conquista social.
La huelga
del '61, donde hubo verdaderos mártires,
hoy injustamente olvidados. Una postal que recorrió
el mundo, con aquellos virretes de diario para ser
identificados con ese clamor.
Una reflexión en el final…si deciden
reeditar la fiesta, sean respetuosos del espíritu
de aquellos visionarios, que forjaron la fiesta grande
de un pueblo.