DEMETRIO DIAZ ACUÑA
De oficio, carpintero ferroviario; y por vocación, poeta, periodista, escritor y artista., Demetrio Díaz Acuña nació en Vera en 1907 y falleció en Laguna Paiva en 1987.
Libertario desde siempre, en su juventud asimiló de la literatura de neto corte social los principios que, finalmente, dieron cimiento a sus ideales de igualdad, justicia y libertad que defendió toda su vida.
Periodista y político:
Creó el periódico La voz de Paiva que se editó en tres etapas. La última fue en la década del cincuenta. Los pocos ejemplares que se conservan contienen información de la época de suma importancia en el presente. Escribió artículos sobre la problemática de su pueblo, que se publicaron en diarios de la provincia.
Tomó parte activa de las grandes huelgas de aquellos años, a veces arengando a los obreros ferroviarios o peones de la construcción, animándolos a la lucha por sus derechos. La gente se reunía en la plaza para escuchar sus discursos y solía debatir con ardor en las asambleas de la Unión Ferroviaria. Escribió panfletos que, con su firma al pie, repartía en las distintas secciones del Taller de Vagones. Por estos sucesos fue detenido y apresado en varias oportunidades.
Con el advenimiento de Perón se entregó a su causa canalizando su experiencia de lucha en la organización de la nueva fuerza política: el peronismo. Fue presidente del partido a nivel local.
Algún tiempo después, desilusionado, se alejó definitivamente de la política con verdadera amargura.
Escritor y Artista
Muy jovencito, en 1927, presidió la comparsa Los Piratas, de cien integrantes, cuya marcha fue escrita por Demetrio con música de Jorge Cándido.
Formó su propia compañía teatral, dirigiendo y también actuando.
La obra que más satisfacción le dio fue “La Luna Escarlata”, de su autoría. Está escrita en versos y es un sencillo pero apasionado poema de amor, pero sobre todo, es una protesta contra las guerras. Además de Laguna Paiva, fue representada en localidades vecinas.
Con Ángel Riquelme Atienza puso en escena la obra “Ushuaia” que alude a la terrible cárcel de aquel lugar al que eran confinados los presos políticos.
Conmovido por los sucesos acaecidos en Paiva en la jornada del 11 de noviembre durante la huelga de 1961, escribió la poesía “Paiva la heroica”, el mismo día de los hechos.
Es autor de la “Marcha de los ferroviarios”, con música de José Castellá.
Su familia guarda los manuscritos que nunca fueron publicados de algunas novelas: “Rosa amarilla”, “Tus lágrimas son un sueño”, “Latigazos” y otras. Esta última se basa en la trata de blancas; muchachas que traían engañadas de Europa para hacerlas trabajar en los prostíbulos.
Es autor de numerosas poesías, algunas de las cuales llevan la música de René Cochia, entre otras, La Reina del Paraná.
Por último, desafiando a todos los dioses del arte, hizo una película. Fue su propio productor y director. Tomó el guión de su novela “Te voy a esperar”. Se estrenó en Laguna Paiva en 1958, con el reconocimiento masivo de todo su pueblo.
Sentado en su silla de ruedas al final de su vida y en la intimidad de la familia, con los dedos endurecidos por la parálisis, aún escribía respondiendo a su inspiración de poeta.
Romántico, lírico y libre hasta la muerte.
Elena Díaz
Paivera Heroica Naciste pura, bella y valiente como una rosa en el abrojal. Paivera hermosa, linda paivera que por tus hombres vas a luchar. Paivera hermosa, linda paivera que por tus hijos sabes pelear. Paivera linda, bella paivera que combatiste a la Federal aquella tarde de primavera que como pantera fuiste a pelear. Ni mil metrallas que te tiraron del tren de tropas que ardiendo está. Ni con bombas te amedrantaron porque sos gaucha y sabes pelear. Para los gremios del mundo entero, paivera hermosa, bella mujer, eres el himno de los obreros, dulce consuelo del padecer. Sos la esperanza, linda paivera, nunca tus hijos te olvidarán... Demetrio Díaz Acuña |
FRAGMENTOS DE "La luna escarlata" OBRA TEATRAL La luna está escarlata, parece manchada con sangre su plata. La luna me hiere con su faz fueguina ... ¡Qué rojas se ponen las aguas del lago!. Y las espadañas parecen espinas... espadas de acero que hieren, que matan ... Oh, madre qué miedo me da contemplarla ¡venid a mirarla! parece un espectro que desepultara su cara sangrada ¡con mil cicatrices! con mil magulladas como si manara fuego de sus ojos, como si su rostro herido de antojos se encolerizara. |
DELIRANTE |